Sé que soy el polvo del puente del que saltó el suicida.
El último átomo.
Aquello que sé que intentaste sostener aun siendo fuego;
Y yo sólo un sosiego infinito de icebergs sumergidos.
Sé que sonríes y el día que no sonrías, te mato.
El día que me traigas flores, te mato.
El día que me hagas llorar riendo y me pongas en un apuro, te mataré.
Cuando no seas, y no cantes.
Y no cantes, cómo tú lo haces.
Y no juegues, como tu juegas, te mato.
El día que me eches de menos.
Mira, te mato.
Que más vale nunca que tarde ya.
O más vale ahora que nunca.
O más vale, en la lejanía, en un secreto.
Que más te vale seguir pisando mi corazón;
y seguir sonriendo por ahí, sin mi.
Enserio, más te vale, ser feliz.
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