lunes, 24 de octubre de 2016

Sumidero.

Ya no espero nada.
Ya nada quiero.
Ya nada veo en vosotros.

Ya no me duele, ya sé que mi lugar es en ningún sitio.
Que será mi casa, mi cama, mi rostro;
Mi brazos el cinturón que me separen de esta tempestad que en realidad, ya me da igual.

Ya no lloro, y si lloro juro que nadie sabrá.
Y si alguien sabe juro que no lloraré.

Tengo la luna, y la luna guarda en su vientre mis mitades:
mis secretos.
La luna sabe que se abren mares en mi almohada,
la luna lo sabe todo.
Y lo que no sabe, no lo guardo ni en mis poemas.

Lo que ella no sabe, no lo sabe nadie, y nadie jamás sabrá pues de esto que está pasando en silencio.

Me preparo magia bajo las mangas.
Magia, lujuria, calidez y misión.

En la multiplicación de eso que pasa, sin ser conscientes.
Aviso.




                                          Voy a desaparecer.

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