Sé que soy el polvo del puente del que saltó el suicida.
El último átomo.
Aquello que sé que intentaste sostener aun siendo fuego;
Y yo sólo un sosiego infinito de icebergs sumergidos.
Sé que sonríes y el día que no sonrías, te mato.
El día que me traigas flores, te mato.
El día que me hagas llorar riendo y me pongas en un apuro, te mataré.
Cuando no seas, y no cantes.
Y no cantes, cómo tú lo haces.
Y no juegues, como tu juegas, te mato.
El día que me eches de menos.
Mira, te mato.
Que más vale nunca que tarde ya.
O más vale ahora que nunca.
O más vale, en la lejanía, en un secreto.
Que más te vale seguir pisando mi corazón;
y seguir sonriendo por ahí, sin mi.
Enserio, más te vale, ser feliz.
lunes, 31 de octubre de 2016
martes, 25 de octubre de 2016
Led.
Es cierto.
Sólo soy una persona.
Una mota de polvo que pasea con pasos y sonido vago.
Con el ruido áspero y audaz de una risa, escondiendo el silencio tibio de las lágrimas de las que nadie sabe.
Una persona, sólo una.
Una persona es lo que tengo para cambiar el mundo.
Oye, tú eres lo que te hace falta para dar la vuelta antes que todo te de la vuelta a ti.
Los ojos lo saben.
Los abrazos lo saben.
Y sobretodo, los corazones rotos, desahuciados, deshilados, confían;
Da ese beso, calla ese miedo.
Grita ese nombre, que vuele la melancolía que te come.
Cae de nuevo en ese escalón, para poder levantarte.
Huye de allí, que tu sitio no está en la distancia, que está aquí.
Y como los corazones, confía.
Confía en, por y para ti.
Como tiene esperanza en ti la cama materna.
Tal y como sabes que es necesario, para cambiar el universo.
S u e ñ a.
(Que es gratis, joder.)
Sólo soy una persona.
Una mota de polvo que pasea con pasos y sonido vago.
Con el ruido áspero y audaz de una risa, escondiendo el silencio tibio de las lágrimas de las que nadie sabe.
Una persona, sólo una.
Una persona es lo que tengo para cambiar el mundo.
Oye, tú eres lo que te hace falta para dar la vuelta antes que todo te de la vuelta a ti.
Los ojos lo saben.
Los abrazos lo saben.
Y sobretodo, los corazones rotos, desahuciados, deshilados, confían;
Da ese beso, calla ese miedo.
Grita ese nombre, que vuele la melancolía que te come.
Cae de nuevo en ese escalón, para poder levantarte.
Huye de allí, que tu sitio no está en la distancia, que está aquí.
Y como los corazones, confía.
Confía en, por y para ti.
Como tiene esperanza en ti la cama materna.
Tal y como sabes que es necesario, para cambiar el universo.
S u e ñ a.
lunes, 24 de octubre de 2016
Sumidero.
Ya no espero nada.
Ya nada quiero.
Ya nada veo en vosotros.
Ya no me duele, ya sé que mi lugar es en ningún sitio.
Que será mi casa, mi cama, mi rostro;
Mi brazos el cinturón que me separen de esta tempestad que en realidad, ya me da igual.
Ya no lloro, y si lloro juro que nadie sabrá.
Y si alguien sabe juro que no lloraré.
Tengo la luna, y la luna guarda en su vientre mis mitades:
mis secretos.
La luna sabe que se abren mares en mi almohada,
la luna lo sabe todo.
Y lo que no sabe, no lo guardo ni en mis poemas.
Lo que ella no sabe, no lo sabe nadie, y nadie jamás sabrá pues de esto que está pasando en silencio.
Me preparo magia bajo las mangas.
Magia, lujuria, calidez y misión.
En la multiplicación de eso que pasa, sin ser conscientes.
Aviso.
Voy a desaparecer.
Ya nada quiero.
Ya nada veo en vosotros.
Ya no me duele, ya sé que mi lugar es en ningún sitio.
Que será mi casa, mi cama, mi rostro;
Mi brazos el cinturón que me separen de esta tempestad que en realidad, ya me da igual.
Ya no lloro, y si lloro juro que nadie sabrá.
Y si alguien sabe juro que no lloraré.
Tengo la luna, y la luna guarda en su vientre mis mitades:
mis secretos.
La luna sabe que se abren mares en mi almohada,
la luna lo sabe todo.
Y lo que no sabe, no lo guardo ni en mis poemas.
Lo que ella no sabe, no lo sabe nadie, y nadie jamás sabrá pues de esto que está pasando en silencio.
Me preparo magia bajo las mangas.
Magia, lujuria, calidez y misión.
En la multiplicación de eso que pasa, sin ser conscientes.
Aviso.
viernes, 21 de octubre de 2016
Me duelen las vertebras.
Cómo no tuve barca en la tormenta, sólo poesía.
Y me enseñó más un minuto que un año.
Cómo una vez algo dolió tanto:
Que parece que nunca más dolerá nada;
Y me miento, por que todo duele.
Y me lamo, por que hay que cuidarse.
Cómo formo parte de un mar de caras,
y quiero viajar,
y te quiero,
y ya no a lo que eres, si no a lo que fuimos.
Cómo mis pilares tienen los ladrillos rotos,
y soy un alma medieval bohemia;
Por que nunca me siento igual.
Por que hay carencia de desencaje incluso en los lugares a los que pertenezco.
Cómo no, y cómo sí.
Cómo ellos y ellas, que marcharon.
Y cómo sé que volveré a volver.
No voy a renunciar a mis principios ni a mi dicha búsqueda infinita de la felicidad, escondida tras la amargura de la que sé, que apenas conozco.
De la que mana agua y sal frecuentemente.
Y de la que aprendo obligada.
No, me niego a ser otra copia.
Guardad vuestro alcohol, vuestros besos vacíos, vuestra imagen retocada.
No me quiero hundir en el resto.
Y me enseñó más un minuto que un año.
Cómo una vez algo dolió tanto:
Que parece que nunca más dolerá nada;
Y me miento, por que todo duele.
Y me lamo, por que hay que cuidarse.
Cómo formo parte de un mar de caras,
y quiero viajar,
y te quiero,
y ya no a lo que eres, si no a lo que fuimos.
Cómo mis pilares tienen los ladrillos rotos,
y soy un alma medieval bohemia;
Por que nunca me siento igual.
Por que hay carencia de desencaje incluso en los lugares a los que pertenezco.
Cómo no, y cómo sí.
Cómo ellos y ellas, que marcharon.
Y cómo sé que volveré a volver.
No voy a renunciar a mis principios ni a mi dicha búsqueda infinita de la felicidad, escondida tras la amargura de la que sé, que apenas conozco.
De la que mana agua y sal frecuentemente.
Y de la que aprendo obligada.
No, me niego a ser otra copia.
Guardad vuestro alcohol, vuestros besos vacíos, vuestra imagen retocada.
No me quiero hundir en el resto.
lunes, 10 de octubre de 2016
Julio.
No te culpo, la culpa fue mía.
No de lo que tu piensas.
No es esto arrepentimiento.
No te culpo, y sabes que todo lo perdoné antes de cometerle heridas a este corazón.
Y sabes que permanezco, con mi buen masoquismo siempre presente.
No te culpo.
Tras guerras, caídas, mares, y nostalgia yo lo sé,
Yo aún lo creo;
¨La gente tiene buen corazón¨
Y cómo lo creo y te perdono -con tiempo y visión-
Te deseo lo mejor.
Las mejores caricias, los mejores besos, las mejores personas, los mejores hogares, los mejores tratos, el mayor porcentaje de risas diarias, esas piruletas que tanto te gustan, esas bebidas, esa música, toda esa ropa que sé que te da igual. Todo.
Todo lo bueno que te complazca, te lo deseo.
Sigo queriéndote feliz, por encima de mí.
Ojalá seas alegría, cómo nunca lo has sido.
Y en puntos a partes, en el subconsciente, sabrás espero, mientras eres feliz que
yo estaré aquí, allí, ahí de apoyo.
Y seré trapo sucio y olvidado haciendo mi vida con nostalgia.
Pero de nuevo, ojalá seas feliz, cómo nunca lo has sido.
-Y ojalá, que en esa agonía de felicidad absoluta, me eches terriblemente de menos;
Y no puedas decirlo en alto.-
No de lo que tu piensas.
No es esto arrepentimiento.
No te culpo, y sabes que todo lo perdoné antes de cometerle heridas a este corazón.
Y sabes que permanezco, con mi buen masoquismo siempre presente.
No te culpo.
Tras guerras, caídas, mares, y nostalgia yo lo sé,
Yo aún lo creo;
¨La gente tiene buen corazón¨
Y cómo lo creo y te perdono -con tiempo y visión-
Te deseo lo mejor.
Las mejores caricias, los mejores besos, las mejores personas, los mejores hogares, los mejores tratos, el mayor porcentaje de risas diarias, esas piruletas que tanto te gustan, esas bebidas, esa música, toda esa ropa que sé que te da igual. Todo.
Todo lo bueno que te complazca, te lo deseo.
Sigo queriéndote feliz, por encima de mí.
Ojalá seas alegría, cómo nunca lo has sido.
Y en puntos a partes, en el subconsciente, sabrás espero, mientras eres feliz que
yo estaré aquí, allí, ahí de apoyo.
Y seré trapo sucio y olvidado haciendo mi vida con nostalgia.
Pero de nuevo, ojalá seas feliz, cómo nunca lo has sido.
-Y ojalá, que en esa agonía de felicidad absoluta, me eches terriblemente de menos;
Y no puedas decirlo en alto.-
domingo, 2 de octubre de 2016
silencio.
Tengo heridas incurables,
Que sé que se eliminarán con el tiempo.
Tengo hebillas insaciables,
ahorcándome los tobillos con los cordones de nuestro recuerdo.
Me he caído,
por mantenerme atada,
al recuerdo que no es olvido,
y a su eterna patada.
Y yo, que estuve sola,cuando me ahogaba.
Estoy ahora, aún sabiendo que me ignoraste cuándo faltabas.
Y tú, que lloras acostada en el salón.
Me devuelves la imagen de tenerte desnuda, pisando mi corazón.
Y finalmente, cuándo no recuerdo mi motor,
te miro, recuerdo como fuiste.
y recuerdo quién soy yo.
Que sé que se eliminarán con el tiempo.
Tengo hebillas insaciables,
ahorcándome los tobillos con los cordones de nuestro recuerdo.
Me he caído,
por mantenerme atada,
al recuerdo que no es olvido,
y a su eterna patada.
Y yo, que estuve sola,cuando me ahogaba.
Estoy ahora, aún sabiendo que me ignoraste cuándo faltabas.
Y tú, que lloras acostada en el salón.
Me devuelves la imagen de tenerte desnuda, pisando mi corazón.
Y finalmente, cuándo no recuerdo mi motor,
te miro, recuerdo como fuiste.
y recuerdo quién soy yo.
Átomo.
Nadie habla de la falta de abrazos que sufre la muerte, ni de su impotencia.
Nadie habla de su sueño:
De que quiere acariciar la luna y no lo hace, por que sabe que amarse con el sol nocturno es dejar a cientos, a miles, a millones, a billones y a trillones de estrellas infinitas sin luz.
Nadie habla del llanto del nacimiento, ese que demuestra que a veces llorar no es ser débil, que quizás deshacerse con un mar por las meji
llas no es más una pausa para poder coger aire.
Nadie habla del sentimiento de monstruo de los gatos negros, cuándo saben que no es su camino, que la mala suerte ya estaba allí.
Ni del primer ¨hola¨ en una historia de amor.
Ni de quién inventó esa primera nota de aquella canción que hoy recuerdas con tristeza.
Nadie, absolutamente nadie, habla de la primera hoja caída en Otoño;
De los besos que no damos,
De las batallas que no ponemos en pie,
De las palabras que no decimos,
De los caminos que no tomamos y que también dicen mucho del ser;
De quiénes somos.
Nadie presta atención a esos pequeños elementos y sentimientos que suceden transparentes, que dan sentido a todo.
Por que todo lo centramos en las alturas.
En la planta de arriba, sin subir siquiera las escaleras.
Nadie habla de su sueño:
De que quiere acariciar la luna y no lo hace, por que sabe que amarse con el sol nocturno es dejar a cientos, a miles, a millones, a billones y a trillones de estrellas infinitas sin luz.
Nadie habla del llanto del nacimiento, ese que demuestra que a veces llorar no es ser débil, que quizás deshacerse con un mar por las meji
llas no es más una pausa para poder coger aire.
Nadie habla del sentimiento de monstruo de los gatos negros, cuándo saben que no es su camino, que la mala suerte ya estaba allí.
Ni del primer ¨hola¨ en una historia de amor.
Ni de quién inventó esa primera nota de aquella canción que hoy recuerdas con tristeza.
Nadie, absolutamente nadie, habla de la primera hoja caída en Otoño;
De los besos que no damos,
De las batallas que no ponemos en pie,
De las palabras que no decimos,
De los caminos que no tomamos y que también dicen mucho del ser;
De quiénes somos.
Nadie presta atención a esos pequeños elementos y sentimientos que suceden transparentes, que dan sentido a todo.
Por que todo lo centramos en las alturas.
En la planta de arriba, sin subir siquiera las escaleras.
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