sábado, 27 de julio de 2024

Hágase el destino aunque yo no esté en él.

 Si abrirse viera las puertas del infierno,

Y de ellas manaran todos los males del Pandora,

Si las cancelas golpeasen contra los muros de piedra

Y el ruido me asustara:

Allí yo la protegería.

A la niña que calzó mis ojos,

La del pelo rizo y las manitas llenas de padrastros y cicatrices.


Si como dando una bocanada de aire, el mar hiciera un pozo,

Y entre sirenas maliciosas y astillas de barco se crease un remolino,

Allí, entre los arduos caminos marinos,

Y los corales filosos,

Yo usaría mi cuerpo para que flotara encima,

Y aunque me rasguñase la espalda y el pelo arrancara:

Allí yo ahogaría mi rostro por verla a flote.


Si, por las mismas circunstancias,

El mundo, de pronto se partiera en dos,

Y cayeran sus adentros al vacío:

Una lluvia de aceros y chispas,

Un sin fin de ladrillos y ventanales...


Entre ellos de mi alma haría un caparazón,

Y la protegería de cualquier golpe,

De cualquier hematoma en forma de herida.


A ella, a la que calzó mis ojos,

A la niña que se sentaba a mirar en mitad del baile,

A la de debajo de la mesa,

A la de mitad de la guerra y en ocasiones:

Caballito de troya.


A ella, a la que tuvo mis ojos,

Y los vió apagarse frente al espejo,

Incrustados en ocasiones en sangre como por terapia de choque.


A ella, que sostuvo mi nombre y en un momento,

Cruzó mi infancia casi de pasada:

Saltando baldosas y escondida en las esquinas,

Pidiendo perdón y exigiendo ser

La perfección del universo;


Yo la protegería,

Yo la protegería a ella,

A ella,

A ella,

Porque yo ya me hice muy grande,

Y no me llega el cuerpo para defenderme de todos los frentes que me amenazan a mí.

jueves, 4 de julio de 2024

viernes, 31 de mayo de 2024

Ataraxia en el último día de Mayo.

 Salgo por un momento del agujero,

en tu minúscula compañía,

y al subir a lo más alto veo

una pecera de golondrinas sobre mi cabeza

que me recuerdan admirar que sigo aquí.


Le doy gracias a la vida

-Que me ha dado tanto...-

y si tuviese que partir tras este momento:

Me siento preparada.


Cae el sol

y alumbra como entrando tras una cortina clara en el mundo.

El aire me acaricia,

y yo me dejo acariciar,

permitiéndome por un momento, aburrirme en un mundo lleno de distracciones.


Agradezco seguir aquí.


Recuerdo entonces todo lo que ha pasado,

y del dolor,

sólo me sale esbozar una sonrisa,

en mi soledad absoluta, de pronto, sin verlo venir:

Me siento profundamente feliz.


Y al ponerme en pie, aún puedo andar.

Y subirme a los bordillos,

jugando a ser funambulista como cuando era pequeña.


 Agradezco así mi parto incluso,

Y me siento con prisa para volver a escribir esto

pero no corro,

porque sobre las hierbas ya nació la primavera.

Se han esculpido flores en las hojas verdes 

y como escupidas lucen adornándolo todo;

Mi canino quiere olerlas,

y no sería este poema quien le quitase ese derecho.


Agradezco el pulso,

y el aire entrando en el pulmón;

La luz aclarándome las pupilas

y la certeza que reconozco en este instante:

¨ Que sé que en la podredumbre esto no se vive y que es motivo suficiente para vivir este momento por cien¨


E incluso se lo dedico a los que ya no están.


GRACIAS.

Gracias vida por tanto.

miércoles, 8 de mayo de 2024

Día ocho.

 Y si no hay un lugar en el mundo para mí:

Los andaré todos,


Libre bajo el techo celeste que parece no acabar en ningún punto.


Si no hay fin,

Andaré hasta que llegue el mío,

Y me fundiré

Bajo el silencio mortal,

De este mundo árido que parece que no se acaba:

Aunque el mío si lo hará.


Si no existe un lecho único

Al que los infantes acudan,

(Patrimonio de un amor construido)

Al salir el primer rayo de sol,

Entonces te besaré con los ojos cerrados,

Pegaré tu cuerpo al mío, en una fogosidad tan inmensa, 

Que verán los ciegos la llama de nuestro amor,


Y después te calcaré en estas páginas

De memoria,

Apresurando el lápiz para describir cada parte tuya antes de que se me olvide.

Y cuando sólo queden brasas,

Contaré como una aventura: "la triste historia, de tu cuerpo sobre el mío"


Con la mochilita en la espalda y entre los dedos un cigarro,

Con el pelo en la cara,

Mis piernecitas delgadas andarán el camino entonces

Con un solo fin:

Que no es otro,

Que el mismo que el tuyo.


Si no hay un lugar para mí,

Entonces seguiré escribiendo poemas con mi mala caligrafía,


Me los aprenderé de memoria 

Para recitartelos en cualquier momento:

E improvisaré una palabra justo en el hueco que quede cuando ya no lo sepa continuar de cabeza.


Si no hay un lugar para mí,

Absorberé un poco del azul de tus ojos,

Y me tintaré  el corazón con él en las esquinas


Para que me quede algo de tí en mí incluso cuando la vejez me postre en un sillón al mediodía,

Dando cabezadas de sueño,

Con el ruido blanco ambientando 

"Ese brillo gris que te da una vida de un par de cojones"


Si no hay un lugar para mí,

Caminaré los prados,

Y como si fuese un cuadro,

Observaré cada rama con los ojos perdidos entre la maleza,

Viendo el dibujo completo,

Fijándome a saltos en cada rincón,

Del poder de creación que tiene el gran milagro de la vida.


 Plasmaré mi firma sin sentido,

Y seguiré guardando cuadernos;


Seguiré haciendo lo de ensayar canciones de cuna mientras conduzco,

Por si me hacen falta algún día:


Pero,

Si ese día no llega,

Te las cantaré a media voz, a media luz, cuando te arropes con la tristeza, cualquier domingo,

Por más sol que haya, 

Por más juventud que goces,

Por más amor que tengas:

Cuando te aflija esa tristeza que ocurre de repente, sin sentido alguno.

Ahí te las cantaré una a una,

Para que entonces,

Te lleves tú

A tu vejez,

Algo mío,

Mientras yo siga andando el mundo,

Y tú entonces,

Lo hagas lejos de aquí.

viernes, 22 de marzo de 2024

Un amanecer en Madrid.

 A veces, 

Si me paro a pensar,

Se me viene la imagen de tus ojos castaños,

Cuando recostada me mirabas bajo la luz amarilla del coche, 

En mitad de la noche a no sé qué hora:


Ese castaño claro que a mí me parece ver brillar,

Si miro y atino justo en el momento en que tú miras de vuelta.


Y mientras me hablas te observo,

De arriba abajo, de abajo arriba,

Y como a Safo,

"Me parece igual a los dioses aquel que se haya sentado frente a ti a escuchar tu voz.'


Me quedo contando los lunares de tu cara,

Y los memorizo, pero se me olvidan cuando te descubro otro gesto nuevo,

que me deja en blanco.


A veces, 

Si me da por andar,

Imagino que al lado lo haces tú, 

Y qué por fin me cuentas cosas que no sé,

que yo te escucho ensimismada;


Que se pasa el día completo y no nos damos cuenta.


Revivo y reimagino el pliegue de tus mejillas cuando sonríes, si me paro a pensar.

Y me pregunto si es cierto o no que,

a veces, disimulada, encajas la lengua entre los dientes al hacerlo.


Revivo también la imagen de tus manos, haciendo círculos en las mías,

Tus nudillos amoratados,

Con el índice sobre mí palma,

(Y yo deseosa de que dibujes un corazón.)


 Y cuando así te veo,

De pronto,

Descubro una nueva curva a lo largo de tu cuerpo, 

una nueva mueca,

 un detalle nuevo que no conocía.


Y si lo hago cerrando los ojos, 

podría dibujarte sin abrirlos,

Así, como los ciegos,

Con las manos sobre el papel, 

acariciando a la hoja como me gustaría hacértelo en los dibujos de tus piernas.


Te buscas, genuina, en el pelo a veces la raíz,

dices que se te nota y quedas pasiva ante el hecho;

Pero yo te miro los reflejos lucir como luciérnagas rojizas,

veo un amanecer en tu pelo y me lo callo. 

Solo quedo muda y lo admiro:


Son de esos que se ven poco y que dan sensación de que la vida, sí merece la pena

(Por un momento)


 Y sí, a veces pienso,

Y creo la imagen de tus manos ahorcándome la cintura,

Creo que me la aprietas si estuviese encima,

Y que por un momento,

En mitad de esa situación de la que no se puede hablar,

Te paras a mirarme y a entonarme:

 " aquí no molestas"


Frase que sana, porque nadie se hace a la idea, de las veces y lugares en los que sí sentí que lo hacía.


Allí, en la biodiversidad que creo en mi cabeza,

Siento la llama,

La idealizo y siento que aún imaginaria,

Es un lugar seguro.


Que a medialuz clavamos como Bécquer

tu pupila en mi pupila:

Que se expanden negras y abiertas sobre la propia mirada,

Como un agujero de gusano en medio de la nada,

Absorbiendo todo lo que pasa alrededor, 

Sin saber dónde empieza ni acaba,

Sin saber si lo que cae dentro, se pierde o no.


Pero es que yo soy así,

Poeta, y ahora tú mi musa.


Y te pienso así,

Te caligrafío luego en estas letras,

Que temerosa puede que no comparta.


Pero yo es que soy así,

Con el corazón en la mano allá donde voy,

Con el alma intacta aunque a veces parezca hecha añicos.


Soy todo poesía y música,

Soy todo lo que puedo llegar a querer, en mi cabeza.

Y es por eso que me gusta imaginarte en ella conmigo.


Es por eso que te encierro en ella.


Porque allí, cariño,

Allí no tienes el poder de marcharte,

Y me gusta vivirte,

Aunque yo sepa que es mentira.


martes, 19 de marzo de 2024

Con los (D)años se aprende.

 A borbotones ha salido el aire de dentro,

y es ahora que me noto la piel pegada a los huesos

que ya lo he entendido todo.

(Aunque aún hay cosas que matizar)


Que la araña pica si te desnudas,

que hay un cordón partido desde hace años entre mis manos

y que no supe verlo.


Muere con estas flores la primavera,

pero vendrá otra,

y de nuevo otra luna volverá a romper lo que construya:

Pero esta vez, no me venderé a cualquier precio.


Y si la maraña de pies se desenreda,

y se parten los hilos.

Seguiré caminando, aunque a veces mire hacia atrás.

Seguiré bailando, aunque el mundo no gire.

Seguiré danzando por los pasillos oscuros de esta vida,

por la que todos mueren.


A borbotones ha salido todo, 

desde que sentí que merezco mucho más.

Que ya no voy a entrar en cualquier bar

y que por supuesto no le voy a dar la llave a cualquier persona que no sepa cuidar de nosotros.


Hoy puede que sea todo más frío,

pero he aprendido a abrazarme, porque yo sí caliento.

He aprendido a escuchar el ruido del silencio,

y a media voz hablarme,

golpearme en el hombro y darme la esperanza de que todo va a ir a mejor.


Es el seno de la familia el hogar mientras permanezca en casa, dicen.

Pero el día que no exista, lo seguiré teniendo:

Porque mi hogar soy yo.


Y tú me gustas,

y me miras a veces, intermitente.

Te sonríes a media luz y disparas cosas de manera repentina, que parecen dichas de una boca,

que no es con la que me besas.

Me enseñas el rizo de tu pelo (siempre tirándote de la patilla derecha),

y me vuelves a demostrar que tienes razón,

pero es que yo ya no tengo ganas de llevarla con nada.


Ya no tengo fuerzas para emprender esta batalla,

porque no necesito más guerra.

Sólo quiero que se sienten, me entiendan y me den cariño,

y eso tú...gata persa,

eso no lo vas a hacer.

Pero tampoco lo necesito.


Porque yo me gusto,

y me miro, pero siempre.

Me recuesto sobre mis propias ondas,

y me comprendo, atándome de nuevo la barbilla al pecho y los muslos al costillar,

como si fuesen un acordeón, hasta caer dormida.


De los balcones de mis ojeras,

de las cicatrices en las manos,

del vértigo y de todo lo que he dejado atrás

me tengo que disculpar.


Perdóname Huesos,

por hacer costumbre todos los lazos que se mantenían sólo cuando aceptabas lo que no te merecías.

perdóname por venderte.

Perdóname y recuerda,

ellos pierden, donde veas lo que sabes que no mereces, ahí tú no has perdido nada.

Porque no se encuentra dos veces en la vida el mismo corazón,

y tú sabes lo que vale el tuyo.


A partir de ahora nos vamos a cuidar.