Donde el corazón sí sueña,
Más allá de las ideas
Tras los balcones del invierno helado,
Y de la escarcha,
Y del vaho
Que nace y muere,
Que muere y nace,
Como espíritus de muertos
Que vagan sin rumbo,
Con un son eterno.
Debajo de la roca,
De la costra,
Y de la sal marina.
Allí, en algún lugar,
Todavía hay vida,
Tan allá,
Tan lejana de la tierra...
Y es la vida,
Como un fuego familiar:
Se enciende y retumba,
Y deslumbra las penumbras
Y las soledades...
Casi dejándote en ese estado de ignorancia,
En el que no se escribe,
Porque no hay pena que machaque el cuerpo.
Más allá,
Hay aras de luz,
Donde no se siente del dolor lumbar ni de riñones,
Ni las ojeras,
Que lucen profundas como fosas.
Donde se duerme y no se sueña
Pero, se vive soñando.
Allá es,
Allí está el lugar,
No sé si es cercano o lejano,
No sé si futuro o pasado...
Pero allí,
Florece todo lo que había muerto.
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