Salgo por un momento del agujero,
en tu minúscula compañía,
y al subir a lo más alto veo
una pecera de golondrinas sobre mi cabeza
que me recuerdan admirar que sigo aquí.
Le doy gracias a la vida
-Que me ha dado tanto...-
y si tuviese que partir tras este momento:
Me siento preparada.
Cae el sol
y alumbra como entrando tras una cortina clara en el mundo.
El aire me acaricia,
y yo me dejo acariciar,
permitiéndome por un momento, aburrirme en un mundo lleno de distracciones.
Agradezco seguir aquí.
Recuerdo entonces todo lo que ha pasado,
y del dolor,
sólo me sale esbozar una sonrisa,
en mi soledad absoluta, de pronto, sin verlo venir:
Me siento profundamente feliz.
Y al ponerme en pie, aún puedo andar.
Y subirme a los bordillos,
jugando a ser funambulista como cuando era pequeña.
Agradezco así mi parto incluso,
Y me siento con prisa para volver a escribir esto
pero no corro,
porque sobre las hierbas ya nació la primavera.
Se han esculpido flores en las hojas verdes
y como escupidas lucen adornándolo todo;
Mi canino quiere olerlas,
y no sería este poema quien le quitase ese derecho.
Agradezco el pulso,
y el aire entrando en el pulmón;
La luz aclarándome las pupilas
y la certeza que reconozco en este instante:
¨ Que sé que en la podredumbre esto no se vive y que es motivo suficiente para vivir este momento por cien¨
E incluso se lo dedico a los que ya no están.
GRACIAS.
Gracias vida por tanto.