domingo, 2 de agosto de 2020

Al despertar

Efectivamente le cogí miedo a pensar
en volver a empezar,
nunca partiendo de cero.

Me escondo cuando veo la mano que acaricia,
como ese perro maltratado
que aún corre si le levantan el brazo,
aunque sólo sea para darle cariño.

Más correctamente,
le temo a esos ojos que tienes,
que tenés.

Y a que cuando los ame,
te lo lleves contigo,
como se lleva a las flores la primavera,
como se lleva a la nieve el frío,

o como te llevas tú,
un trocito de atención cuando caminas,
lady Madrid, lady azul, lady celestes...
cuando pasas,
haciendo alfombra roja la acera.
Diciéndome que miento, que exagero,
mientras veo,

que

hasta

los

ciegos

se giran para mirarte.

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