No lo cantan las voces intestinas,
Creo que me lo dice, copiándolo de algún sitio,
como consuelo;
"Eres más que tu talla, más que tus notas y eres más que tu dinero."
Me prohíben la última comida antes de la eutanasia en mi pena de muerte.
Y me califican.
Me miran por encima del hombro y escuchame:
Me vuelven a poner nota.
Cuanto mas lo veo, mas se pierden sus palabras;
"Eres más que tu talla, más que tus notas, eres más que tu dinero."
Respiro por un momento,
Con la cabeza, desde mi bucle inerte.
Y la burla transparente daña algún lugar de la autoestima.
Mi intento de consuelo se está perdiendo,
Como él, y ella, y ellos, y nosotros.
Desaparecen, como las palabras que no se dicen en una llamada sin contestar,
Pero yo tengo la respuesta.
Aunque eso no evita mis jaquecas.
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