No hay embalaje metalúrgico que prive a un corazón hecho añicos de ahogarse en su propio mar,
Ni tiempo alguno que devuelvan letras a unos ojos,
Ni excusa que excuse a todo puñal, porque todo lo son.
Ya ni oliva, ni paraje, ni adosado en ningún lado.
Ya sin expectativa,
Ya no,
Ya no.
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